7 de octubre de 2008



EL HOMBRE DE LOS DADOS (Luke Rhinehart)


Al principio fue el azar... y el azar estaba con Dios, y el azar era Dios. Estaba con Dios desde el principio. Todas las cosas fueron hechas por el azar y sin él nada de lo hecho hubiese sido hecho. En el azar estaba la vida y la vida era la luz de los hombres.


Hubo un hombre enviado por el azar cuyo nombre era Luke. Llegó para ser testigo, para cargar con Su testimonio y que todos los hombres creyesen a través de él. Él no era el azar, pero fue enviado para ser el testigo del azar. Ése fue el verdadero Accidente, que volvió aleatorio a cada hombre como un cometa en el universo. Él estaba en el mundo y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció. Él vino hacia sí mismo, y su propia naturaleza no le recibió. Pero como unos pocos lo recibieron, a ellos les dio el poder para convertirse en los hijos del azar. Incluso creyeron accidentalmente que no habían nacido de sangre, ni de la herencia de la carne, ni del legado de los hombres, sino del azar. Y el azar fue hecho carne, y contempló su gloria, la gloria del único engendrado por el Gran Padre Caprichoso, y él vivió entre nosotros, lleno de caos, y falsedad y antojo.

De El libro del Dado.

PREFACIO

"El estilo es el hombre", dijo una vez Richard Nixon, y consagró su vida a aburrir a sus lectores.

Pero, ¿qué hacer si no hay un solo hombre? ¿No hay un solo estilo? ¿Debería variar el estilo conforme varía el hombre que está escribiendo su autobiografía, o conforme el hombre pasado escribe sobre la variación? Los críticos literarios insistirían en que el estilo de un capítulo debe ajustarse al hombre cuya vida está siendo relatada: una exigencia bastante racional, por lo que tendría que ser, sin embargo, sistemáticamente desobedecida. Lo cómico plasmado como alta tragedia, los acontecimientos diarios descritos por un loco, un romántico descrito por un científico. Así es como debe de ser. Pero no perdamos más tiempo con el estilo. Si estilo y fondo por casualidad coinciden en alguno de estos capítulos, será un feliz accidente que esperemos que no se repita con demasiada insistencia.

Un caos brillante: eso es lo que será mi autobiografía. Observaré un orden cronológico, lo que hoy en día no deja de ser una osada novedad. Pero mi estilo será aleatorio, según la sabiduría de los Dados. Me enfadaré y me alegraré, me felicitaré y me despreciaré. Cambiaré de primera persona a tercera. Usaré el método del narrador omnisciente, una manera de narrar generalmente reservada para el Otro. Cuando haya distorsiones o disgresiones en la historia de mi vida, me agarraré a ellas con todas mis fuerzas, porque, como se sabe, una mentira bien contada es un presente de los dioses.
Aunque la realidad de la vida de el Hombre de los Dados es mucho más interesante que la fantasía más inspirada: la realidad dominará por su valor de distracción.

Cuento la historia de mi vida por esa humilde razón que ha inspirado a todo aquel que lo ha hecho: para demostrar al mundo que soy alguien extraordinario. Fracasaré, por supuesto, como los demás. Elvis Presley dijo una vez, y nadie podrá refutarlo: "Ser grande es ser incomprendido". Hablo sobre el intento natural de un hombre de realizarse de un modo nuevo y, por eso, me llamarán loco. Si fuera de otra manera, sabría que había fracasado.


Dice Man (The Fall)


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